CASAS QUE YA QUISIERAN LOS PICAPIEDRA

07.04.2013 | 11:49

Casas Cueva

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Viviendas alternativas. Decenas de familias de la partida de la Alcoraya mantienen una de las tradiciones mĂĄs antiguas del ser humano: vivir en una cueva. Eso sĂ­, para nada son prehistĂłricas, ya que cuentan con las comodidades habituales de una vivienda con Internet o tele por cable. Excepto aire acondicionado, debido a su caracterĂ­stica climatizaciĂłn natural.

Sergio illescas Dora Beviå, algunas veces, ha preferido no decir dónde vive cuando le han preguntado en Alicante. Es consciente de que mucha gente no tiene claro qué es una casa cueva, "y no quiero que piensen que soy una troglodita", bromea. Eso sí, para ella no hay nada mejor que estar en una cueva, es su håbitat natural, ya que es la tercera generación de su familia que reside en estas particulares viviendas escarbadas en las entrañas de la tierra de la Alcoraya. Ha vivido algunos años en un piso de San Vicente, pero en cuanto su marido se ha jubilado se han alargado las temporadas en la cueva.

En este lugar naciĂł y allĂ­ espera que sus hijos continĂșen una tradiciĂłn familiar que comenzĂł hace mĂĄs de un siglo su tatarabuelo, comprando ocho cuevas para dar cobijo a toda su familia. "Mi nieta me dice: "Yaya, Âżcuando tĂș faltes me puedo quedar con la cueva?". Les encanta", asegura BeviĂĄ.

Y es que comodidades no le faltan. Como en cualquier vivienda, cuenta con electricidad, televisiĂłn por cable, cocina... Aunque dice que no la ha reformado, la tiene la mar de coqueta. AdemĂĄs, se ubica en mitad de un terreno rural perfecto para confeccionar huertos o para criar conejos, con lo que se entretiene su marido. Pero, sobre todo, para disfrutar de paz y serenidad.

En esta partida de Alicante, segĂșn Antonio Moya, presidente de la asociaciĂłn de vecinos, hay cerca de 80 casas cueva, de las mĂĄs de 600 que existieron cuando en 1753 comenzaron las excavaciones en la zona para buscar mercurio, y a sus trabajadores decidieron alojarlos en estas particulares viviendas. "Al parecer, en aquella Ă©poca era lo mĂĄs econĂłmico. El terreno arcilloso y de montĂ­culos de las sierras de La Conreja y Las Águilas permitĂ­a hacerlas", precisa Moya, a la vez que subraya que se trata de una de las concentraciones mĂĄs importantes de toda la provincia, tanto por el nĂșmero como por el buen estado en el que se encuentran la mayorĂ­a de ellas.

Actualmente, estĂĄn en proceso de convertirse en un Bien de Relevancia Local. La propuesta estĂĄ dentro de un catĂĄlogo de protecciĂłn, anexo a la revisiĂłn del Plan de OrdenaciĂłn Urbana, todavĂ­a pendiente de ser aprobado por el Consell, tal y como apunta el funcionario municipal Pablo Rosser.

Poco sabían de todo esto, y ni siquiera de la existencia de este tipo de casas, Fred y Solenn, una pareja de franceses que hace siete años decidieron instalarse definitivamente en Alicante y adquirir una vivienda. Vieron en el periódico el anuncio de venta de una casa cueva y les llamó la atención; al visitarla, se quedaron prendados con esta gruta habitable que tiene mås de 500 años.

Sobre todo a Solenn, que es muy friolera y nunca se ha encontrado muy a gusto en las casas corrientes, "y en una cueva siempre hace buen tiempo: fresco en verano y calor en invierno. Para mí no es una suerte, sino un auténtico lujo poder vivir aquí". Fred, su marido, es ingeniero informåtico y gracias a un sistema de wifi por radio consigue estar conectado al ciberespacio con su ordenador desde dentro de la cueva.

Ademås, en este nuevo hogar ha desarrollado otras habilidades, como la agricultura o la albañilería. Y es que hacerse una habitación o un armario empotrado es sólo cuestión de paciencia y darle al pico. Este francés comenzó haciendo un vestidor y actualmente ha escarbado una habitación mås. "Al principio empecé con un albañil pero en cuanto le cogí el rollo seguí yo. Sólo hay que respetar que el techo siga abovedado, para que se reparta el peso", explica Fred, que no teme que su cueva se derrumbe, ya que durante medio milenio no lo ha hecho. "Sólo hay que controlar las grietas e ir cuidando la estructura", asegura este vecino de la Alcoraya que paga los impuestos como si viviera en una casa normal. De hecho, la tienen declarada como una vivienda unifamiliar.

La que sí se sale de lo normal es la casa cueva de Alfonso del Fresno, en cuya finca ha montado un centro de adiestramiento de perros, una piscina con pavos reales, una pequeña plaza de toros y una jaula en la que guarda un enorme tigre albino que tiene domesticado. El interior de la cueva tampoco es pecata minuta: estå repleto de muebles centenarios, de una bañera enorme de estética romana, un horno årabe y una buena cantidad de habitaciones. Vamos, que no le falta un detalle. Lo que sí ha guardado son algunos restos que confirman la gran cantidad de años que tiene este lugar, como los enganches para burros que cuelgan de la pared de uno de los cuartos.

Hace 30 años se la compró a un policía, ya que necesitaba un lugar alejado de la ciudad para trabajar con sus perros y evitar un brote de leishmaniasis que acababa con muchos de sus animales. "Dormí una noche en ella y supe que quería pasar aquí el resto de mi vida", sentencia Alfonso del Fresno.

Publicado por: Sergio Illescas
Fuente: Diario InformaciĂłn

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