LA FINCA LA SOLANA DE FONTCALENT

En una de las faldas de la Sierra Fontcalent, junto a la ciudad de Alicante, existe una antigua hacienda de nombre "La Solana". A caballo entre las partidas rurales de Vallonga y Fontcalent, su nombre resulta muy apropiado, ya que se ubica en la ladera que da al medio dĂ­a.

 

Mapas de ubicaciĂłn de la Sierra Fontcalent y la finca "La Solana".
ExtraĂ­do de: Visor GVA y Callejero Ayto. Alicante. Modificado por E. Rosillo.

 

La descubrĂ­ en mi primera subida a la Sierra Fontcalent, con mi amigo David, hacia principios de los 90. Íbamos cresteando y al asomarnos de ese lado descubrimos los restos de las dos edificaciones y los antiguos bancales que aĂșn se dibujan desde las alturas. Semanas despuĂ©s nos acercamos con las bicicletas, para curiosear in situ, descubrimos un lugar que en su dĂ­a fue una notable finca agrĂ­cola, pero que ahora se encontraba en estado de ruina. Apenas eran reconocibles una casa-cueva, un conjunto de balsa y lavadero y una casita de campo.

Vista general de "La Solana" desde la cima de la Sierra Fontcalent, 2017.

Casa-cueva desde lo alto de Fontcalent. 2017

Chalé y Balsa-lavadero desde lo alto de Fontcalent. 2017

Por mucho tiempo mi indagación sobre este lugar se detuvo ahí, hasta que en 2010 organicé la primera Volta a Peu en defensa de la Sierra Fontcalent. El recorrido reivindicativo discurría por la Senda del Poeta y habíamos planificado una parada en La Solana, para hablar de la geología de la montaña. Cuando reanudåbamos la marcha, uno de los asistentes me preguntó si conocía el aljibe de La Solana.
- ¿Cuål el que estå dentro de una de las casas? - le repliqué.
- No hombre, no... el grande... - y señaló hacia la loma que había entre las dos ruinas.
VĂ­ una estructura en forma de chimenea cilĂ­ndrica que hasta ese momento habĂ­a pasado desapercibida para mĂ­ en las visitas anteriores, unos metros por debajo se apreciaba una oquedad que penetraba en el montĂ­culo. TenĂ­amos que proseguir con la excursiĂłn, pero una creciente curiosidad por el enclave me citarĂ­a con la finca mĂĄs adelante.

Aljibe de la Solana.


Las Fuentes

Necesitaba información sobre el pasado de la finca, pero no sabía por donde empezar, recurrí entonces a mi amigo Mandi Tarí, vecino de El Rebolledo y gran conocedor de las partidas rurales. Me dijo que hablase con Vicente Roselló (El Médico), pediatra de profesión y propietario de la finca Lo Reig en El Rebolledo y cuya familia había sido titular de La Solana en el pasado. Así que un día acompañado de Manuel Benito (vecino mío y familiar de Vicente Roselló), me presenté en Lo Reig con la intención de desentrañar algo de la historia de La Solana. La reunión fue de lo mås interesante y Vicente, de verbo fluido y buena memoria, nos habló largamente sobre su pasado familiar y su relación con esta abandonada finca. Ademås nos brindó otra importante fuente, ya que nos recomendó que hablåsemos con Fernando Huesca, un simpåtico y entusiasta nonagenario de El Rebolledo, que junto con su familia, había servido tiempo atrås en la misma finca. Gran parte de la información que se vierte aquí proviene de la memoria de ambos.

Fernando Huesca, en su casa de El Rebolledo.

Manuel Benito (izquierda) con Vicente RosellĂł (derecha) en su finca
 "Lo Reig" de El Rebolledo. 


Historia de la finca

A principios de los años 40, siendo Fernando Huesca un adolescente, su progenitor fue contratado como mayoral de La Solana y toda la familia se trasladó allí. El propietario era Ángel Herrero, procurador de los tribunales y director de la cårcel de Alicante, su hijo Amando también se dedicaba a las leyes, era abogado.

Recurso de alzada, interpuesto por Ángel Herrero.
Representando a TranvĂ­as y Electricidad S.A. contra
el Ayuntamiento de Alicante.
Archivo Municipal de Alicante.

Recomendación de Ángel Herrero a un amigo.
16 de Agosto de 1929. Archivo Municipal de Alicante.
Ya por aquel entonces, La Solana era una importante hacienda dedicada a la vid y el algarrobo. DisponĂ­a de su propia bodega y se decĂ­a que producĂ­a el vino de mĂĄs alta gradaciĂłn de la zona (mĂĄs aĂșn que en la cercana finca de El Poblet).


Casa-cueva de la Solana, con la fĂĄbrica de tabacos de Altadis (hoy sin actividad) detrĂĄs
 y la finca "El Poblet de Borbunyó" al fondo.
 
La familia Huesca se instaló en la casa cueva y estaba a cargo de toda la finca. Frente a esta hacienda se ubicaba el chalé de veraneo. Había sido construido tiempo atrås como casa de recreo para los Herrero. Años mås tarde sería  desmantelado y parte de la dotación fue trasladada a Muchamiel, a otra casa de campo propiedad de la familia.

Finca "La Solana" de Fontcalent, tal como era en 1929.
Vuelo VF 1929-1930 Ruiz de Alda. Fuente: Fototeca GVA.

Hacia 1948 falleciĂł el padre Huesca y Fernando fue llamado a filas, no obstante su madre y hermano permanecieron al frente de la finca aĂșn por dos años mĂĄs. En 1950 Amando Herrero, heredero de "La Solana", vendiĂł la finca a los RosellĂł de El Rebolledo.

Por aquel entonces, los RosellĂł eran ya propietarios de la finca Lo Reig y de buena parte de la Sierra Fontcalent. SegĂșn nos contĂł Vicente, su abuelo habĂ­a comprado esa hacienda en 1941 por 78.000 pesetas y constaba de 700 tahĂșllas de finca agrĂ­cola (unas 78 hectĂĄreas) y 1400 tahĂșllas de sierra (156 hectĂĄreas). A esa cantidad de terreno, su padre, RamĂłn RosellĂł, añadiĂł La Solana en 1950. Los Huesca abandonaron la finca ese año, pero aĂșn se encargaron de recoger la cosecha. RamĂłn RosellĂł contratĂł un capataz de Orihuela, que pasĂł a ocupar la casa-cueva. Se sustituyĂł la plantaciĂłn de vid por otra de almendro, para lo cual tuvo que transformarse la disposiciĂłn de los bancales a la situaciĂłn actual.

Abancalamientos con muros de piedra. Rebosadero para, tras el riego
a manta, el agua pueda pasar de un bancal al siguiente.
En 1980 Vicente RosellĂł hereda la finca tras la muerte de su padre (RamĂłn RosellĂł), y se traslada a Lo Reig. La Solana hace ya mucho tiempo que estĂĄ abandonada y poco a poco va sufriendo saqueos que acaban por reducirla a cascotes. AsĂ­ continĂșa hasta que en 2008, junto con parte de la sierra, se vende a una sociedad de inversiĂłn valenciana. La venta era necesaria para poder acometer la reforma de Lo Reig, y la familia RosellĂł, despuĂ©s de mĂĄs de 50 años se desprende de esta hacienda. Desde entonces continĂșa en estado de ruina, esperando un plan urbanĂ­stico que ponga la puntilla.

Extensión aproximada de "La Solana" sobre mapa del Sigpac. Modificado de E. Rosillo. 

Finca La Solana. Fontcalent

Finca La Solana. Fontcalent

Finca La Solana. Fontcalent

Finca La Solana con la Peña San Vicente de
Fontcalent en primer término

La Casa-cueva

Sobre el glacis de Fontcalent, que desciende suavemente desde la ladera hasta la A-31, se encuentra la casa-cueva de La Solana. Aprovechando un pequeño montĂ­culo del terreno, se excavaron dos habitaciones que profundizaban varios metros bajo la elevaciĂłn. Una de ellas consistente en una Ășnica estancia, mientras que la otra se divide en dos. Pese a los largos años de abandono, presentan un buen estado de conservaciĂłn, con todo el enlucido de yeso intacto y un zĂłcalo pintado aĂșn muy evidente. La parte exterior es otro cantar, apenas quedan unas pocas paredes en pie, y aunque se reconocen algunas estancias, como la cocina con parte de la chimenea, y un horno en la parte trasera, la mayor parte de la construcciĂłn yace en el suelo, formando montañas de escombros. La chimenea, muy maltrecha en la actualidad, permitĂ­a ver el interior su estructura curva, a base de yeso y cañas, materiales muy usados en las viviendas de  antaño.

Casa-cueva de La Solana.

Casa-cueva de La Solana.
Casa-cueva de La Solana. Habitaciones interiores.
Casa-cueva de La Solana. Habitaciones interiores.
 


Casa-cueva de La Solana. Habitaciones interiores.

Casa-cueva de La Solana. Habitaciones interiores.

Casa-cueva de La Solana.
Vista del chalé desde las habitaciones interiores.
 
 

Casa-cueva de La Solana. Horno.

Casa-cueva de La Solana. Hogar, 2009.
 
Casa-cueva de La Solana. Hogar, 2015.
 
Junto a la casa estaba la bodega, hoy no queda ni rastro y lo Ășnico que ha sobrevivido hasta nuestros dĂ­as es su puerta, que aĂșn cumple con su funciĂłn en un almacĂ©n de Lo Reig.
Los restos de la casa han sido sometidos a numerosas rebuscas, ya que apenas puede encontrarse entera alguna de las tejas morunas que formaban su tejado original.

Puerta original de la bodega de La Solana. Hoy en Lo Reig, El Rebolledo.

Puerta original de la bodega de La Solana.
Hoy en Lo Reig, El Rebolledo.
El Chalé

A unos 80 metros de la casa-cueva, hacia el este, se encuentran las ruinas del chalé. Esta edificación fue en su día una bonita casa de recreo con tejado a cuatro aguas y montera. Se accedía por unas escaleras con balaustrada orientadas al sur y aunque su estado actual es de ruina, se ve que se trata de una vivienda mås refinada dedicada al ocio.

Detalle de la Finca "La Solana" en 1929, con el chalĂ© aĂșn en pie.
Vuelo VF_1929-1930_Ruiz_de_Alda.
Desmantelado desde hace muchos años, hoy en dĂ­a apenas quedan en pie algunas paredes. En una de las estancias, empotrado entre dos paredes, todavĂ­a puede verse el brocal de un estrecho pozo. La cisterna queda varios metros mĂĄs abajo y nunca la he visto seca. Se nutrĂ­a de agua de lluvia, el colector se encuentra al otro lado de la pared, pegada al camino que bordea el edificio, y suponĂ­a un importante recurso hĂ­drico para la vivienda, aunque no el Ășnico.

Chalé de La Solana.

Chalé de La Solana.

Aljibe del Chalé de La Solana

Aljibe del Chalé de La Solana
 

Pared con zĂłcalo y resto del enlucido original.

Resto metĂĄlicos encajados en la fachada, quizĂĄ pueda tratarse de
una antigua argolla para sujetar los caballos.

Restos de la balaustrada original del chalé.

Ladrillo macizo de la desaparecida CerĂĄmica "El Sol", cuya factorĂ­a se
encontraba junto al campo de fĂștbol de BardĂ­n a
espaldas del Cuartel de BenalĂșa.


La Balsa - Lavadero.

Frente al chalé y al otro lado del camino existe un conjunto de lavadero y balsa asociado. El lavadero ha perdido el tejado y los escombros estån sobre las pilas de lavado. El rebosadero de las pilas vertía sobre la balsa, que concentraría las aguas para luego reconducirlas hacia las parcelas de labor.

Balsa-lavadero de La Solana con el chalé al fondo.

 

Balsa-lavadero de La Solana.

Balsa-lavadero de La Solana

Balsa-lavadero de La Solana
TuberĂ­a de cerĂĄmica que abastecĂ­a el lavadero.
 
Abastecimiento hĂ­drico en "La Solana".

Cualquier finca agraria alicantina de esa Ă©poca se encontrarĂ­a con las mismas dificultades, la disponibilidad de agua. La Solana ademĂĄs se encuentra en la cara sur de la Sierra Fontcalent, en pleno semiĂĄrido levantino.
Asegurarse un suministro de agua era vital para estas haciendas y de eso se encargaba el imponente Aljibe de La Solana.
Apenas perceptible sobre una de las lomas de la finca, el aljibe se encuentra a unos 50 metros de la casa-cueva en dirección a la sierra. Desde las viviendas se aprecia un brocal cilíndrico sobresaliendo de la loma. Varios metros por debajo del brocal, se encuentra la galería por la que se accedía a la llave de paso. De esta galería, de unos 5,5 metros de largo, parte un canal en dirección al chalé y el lavadero que los abastecía y que alimentaba ademås los bancales por los que pasaba. Ante la necesidad de agua bastaba con abrir la llave y el agua brotaba hacia el canal por gravedad (o cómo diría Fernando Huesca "el agua del aljibe salía caballera").

Montículo donde se ubica el gran Aljibe de La Solana. 

Pozo inferior  y galería de acceso al aljibe, donde se ubicaban las llaves de paso
 y de donde partía el canal que alimentaba viviendas, balsa-lavadero y  bancales
Al subir a la loma del aljibe, se veĂ­a un segundo brocal a unos 20 metros del primero, anexo a Ă©ste segundo brocal, hay dos decantadores consecutivos, que actuaban de filtro. En ellos quedarĂ­an retenidos los sedimentos mĂĄs gruesos y gravas que el agua arrastra en episodios de lluvias intensas. Al primer colector llega una zanja que en los primeros metros estĂĄ cementada. Esta zanja canaliza las aguas hacia el aljibe y dispone de un partidor que permite desviar las aguas en caso de que el aljibe estĂ© ya lleno. La zanja, ya sin cementar, continĂșa en una perfecta lĂ­nea recta en direcciĂłn a la sierra, poco a poco va perdiendo entidad hasta perderse entre los espartos. Por el otro lado lado del partidor, llega otra zanja mucho mĂĄs discreta que forma un ĂĄngulo con la anterior, esta ĂĄrea estĂĄ parcialmente cementada para asegurar la mĂ­nima infiltraciĂłn y un mayor aprovechamiento del agua de escorrentĂ­a. En conjunto, todas estas estructuras permitĂ­an una gran eficiencia, y aseguraban un gran aporte hĂ­drico para el aljibe en cada episodio de lluvia.

Alzado del Aljibe de La Solana con sus dimensiones y cĂĄlculo de su volumen mĂĄximo. Autor: E. Rosillo.

Esquema general de la captaciĂłn de aguas del aljibe, sus desagĂŒes y su dibujo en planta.
 Modificado de E. Rosillo sobre imagen visor Ayto. Alicante.



Zanja recta que baja de la Sierra hacia el partidor y los decantadores.

Partidor. Por la izquierda llega la zanja que baja de la sierra, de frente, la otra
zanja que delimita la zona de captaciĂłn. Las ranuras para la compuerta de
desagĂŒe, pueden verse en primer plano. Con la compuerta puesta, el flujo de
agua viaja hacia el aljibe, sin Ă©sta, la mayor parte del agua que llega
se pierde por el desagĂŒe hacia el barranco. 

Primer Decantador en primer término, detrås el segundo y el primer brocal.

Segundo Decantador y primer brocal.

Segundo brocal.
 
ÂżPero por quĂ© dos brocales? A diferencia de la mayorĂ­a de fincas de la zona, que disponĂ­an de un pequeño aljibe con una cisterna esfĂ©rica y un pozo central, el aljibe de la solana, es un enorme depĂłsito en forma de tĂșnel y con una gran capacidad. Teniendo en cuenta que sus dimensiones son: 20 metros de largo, 3 metros de ancho y 5.5 metros de altura hasta el rebosadero, eso nos arroja una capacidad aproximada de 330.000 litros (330 metros cĂșbicos). Suficientes para abastecer dos casas y varios campos de cultivo, como asĂ­ lo atestiguan las elocuentes palabras de Fernando Huesca "Yo nunca he visto fracasar el Aljibe de La Solana".

 

Interior del aljibe de La Solana, a pesar de su buen estado de conservaciĂłn, el enlucido interior empieza a ceder.
TuberĂ­a de plomo por donde desaguarĂ­a el aljibe.
Se encuentra varios centĂ­metros por encima del suelo,
probablemente para evitar la obstrucción por sedimentos. 
 


TĂșnel de acceso donde se ubicaba el mecanismo para
la salida de aguas (llave de paso), hoy desaparecido.

Entrada al tĂșnel, con el antiguo dintel donde estaba
la puerta de acceso.

Puerta de acceso al tĂșnel, detalle de la cerradura.

Puerta de acceso al tĂșnel, detalle del techo.

 

Canal de riego que parte del tĂșnel

Canal de riego que parte del tĂșnel.

 
Otros aportes hĂ­dricos.

Paralelamente al cauce, aparece un conjunto de cuatro profundos pozos mås o menos alineados, cuya función resultaba dudosa. Al analizarlos detenidamente, se encontró un abrevadero junto a uno de ellos (pozo 4) y restos de tuberías ceråmicas junto a otros. La línea que seguían los pozos parecía acabar junto a un pequeño puente, que salva el barranco hacia el resto de tierras de labor. Al otro lado del puente, una profunda acequia parte paralela al camino en dirección a la balsa lavadero. En la parte baja de la acequia existe una arqueta con una llave metålica. La posible explicación para toda esta instalación, es que los agujeros son los restos de un minado subterråneo que traía agua desde zonas mås altas del barranco y que hacían la función de pozos de aireación.  La salida de la mina, junto al puente, se habría colmatado de sedimentos, quedando soterrada.
Cuando el ingenio se hallase en funcionamiento, el agua pasaría por las tuberías al otro lado del barranco y se elevaría por la acequia a través de la arqueta, llegando finalmente a la balsa lavadero, desde donde podría reconducirse a los bancales de la finca.

En la foto aérea de 1929 ya se aprecia la acequia que parte desde el puente del barranco hasta la balsa-lavadero, sin embargo, Fernando Huesca que llegó a la finca a principios de los 40, no conocía la existencia de este sistema de pozos. Mi hipótesis es que originalmente pudo existir un azud que desviase las aguas desde el barranco hacia la finca, y mås tarde este sistema se complementó o sustituyó por el minado. En cualquier caso, parece claro que los diferentes pobladores de esta finca buscaron activamente el recurso limitante de esta explotación agraria, el agua.

Esquema de los recursos hídricos de La Solana sobre imagen visor Ayto. Alicante. Modificado por E. Rosillo. 
 


Pozo 1, en segundo plano puede verse el camino,
a la izquierda del cual discurre la acequia que desagua
en la balsa-lavadero. Al fondo, los restos del chalé.
Pozo 2.

Pozo 2. Restos de las tuberĂ­as cerĂĄmicas.

Pozo 3.

Pozo 4. Junto a éste pueden verse los restos de un pequeño abrevadero.

Pozo 5. De mucho menos profundidad que el resto.
PodrĂ­a tratarse de una prueba,
ya que no parece estar en lĂ­nea con el resto de pozos
Acequia y arqueta junto al puente, la lĂ­nea de los pozos
 quedaría del otro lado.
Esta prĂĄctica, consistente en construir minados paralelos a los barrancos, no es exclusiva de La Solana, apareciendo en otras fincas de la zona como en La Coronela de El Rebolledo.


El Puente

Ya hemos hablado de esta estructura que, salvando el barranco, permite el acceso a las tierras de labor del otro lado. En una de las prospecciones de la finca se descubrió una inscripción bajo el puente,  realizada sobre el cemento durante la construcción de esta obra. Parece leerse "Año 1929 Francisco Ripoll" (la parte del apellido es la menos clara, por lo que podría tratarse de otro).

Puente de "La Solana", con la Fontcalent de fondo.

InscripciĂłn sobre el cemento del autor de la obra.

La Calera

Si seguimos el barranco aguas arriba hasta que salimos de él, llegamos a una pequeña explanada al pie de la Sierra. En este punto encontramos una calera, estructura  cilíndrica excavada en el suelo y revestida de rocas y argamasa. La mitad de la pared que da a la Sierra es algo mås elevada que el resto, formando un abrigo. La finalidad de estas construcciones era la incineración de roca caliza durante varios días, para una vez trituradas, obtener la cal.

Calera de "La Solana" con la Fontcalent de fondo.


El Barranco 

Toda la vertiente sur de la Sierra Fontcalent se encuentra hendida con profundos barrancos que penetran muchos metros en los glacis de Fontcalent. Y es que, a pesar de que el recorrido desde la Sierra es corto, la verticalidad de la Sierra hace que en periodos de lluvias intensas, la fuerza del agua tenga un gran poder erosivo, y dibuje estas sinuosas torrenteras.
Desde la calera parte el Barranco de La Solana, que en su bajada, se va uniendo a otros cauces formando un intrincado retĂ­culo. A su paso por la finca forma profundas cĂĄrcavas de mĂĄs de 5 metros, en algunos puntos incluso llegan a aflorar las aguas de infiltraciĂłn.

 

 

Afloramiento de agua en Barranco de La Solana a su
 paso por la finca de dicho nombre.
CruzĂĄndolo, los Canales del Taibilla.
Rana comĂșn (Pelophylax perezi), en uno de los afloramientos de agua
del Barranco de La Solana.
 
Uno de los profundos ramales del Barranco de La Solana.

La Cueva del TĂ­o Pedro

Unos 600 metros aguas abajo desde La Solana, el barranco se abre mucho, dando paso a una llanura donde se depositan los sedimentos arrastrados. En el borde este del ensanchado cauce, se encuentra la Cueva del Tío Pedro. Se trata de una oquedad con varias estancias practicada en los conglomerados del glacis, que al parecer eran fåciles de trabajar. La cueva se hallaba protegida por una maraña de chumberas que la mimetizada con el entorno. Este cactus solía plantarse junto a las casas de campo como recurso alimenticio, actualmente la plaga que afecta a esta planta ha arrasado la pråctica totalidad de los ejemplares y la Cueva del Tío Pedro resulta muy visible desde el camino de acceso a La Solana.
Hoy en dĂ­a se encuentra en estado ruinoso, sirviendo de lugar de nidificaciĂłn de golondrinas dĂĄuricas, collalbas negras e incluso abejas. Antaño, segĂșn Fernando Huesca, albergaba al TĂ­o Pedro y su familia, jornaleros que servĂ­an en La Solana.

La Cueva del TĂ­o Pedro. 2015
La plaga de las chumberas empezaba a hacerse patente.

Entradas a la Cueva del TĂ­o Pedro, con la Sierra
al fondo. Se aprecian las chumberas muertas. 2017

Hogar de la cueva.

Estancia con nido de golondrina dĂĄurica.
En 2013 la Asociación de Vecinos "Amigos de Fontcalent" de el Rebolledo junto con Izquierda Unida, propusieron que se incluyese a La Solana en el catålogo de protecciones del Ayuntamiento de Alicante. Enlace a la Noticia Inclusión Diario Información
La propuesta fue bien recibida por los técnicos del årea de cultura que supieron valorar el valor patrimonial del conjunto y sobre todo su "relevancia en el sistema de aprovechamiento de agua".

No obstante, a pesar de su inclusiĂłn en el catĂĄlogo, la protecciĂłn efectiva nunca llegĂł. Los catĂĄlogos,  sin un plan urbanĂ­stico que los refrende y sin una partida presupuestaria asociada, sirven de poco, y en Alicante,  ningĂșn gobierno ha conseguido consolidar un plan urbanĂ­stico desde 1987. AsĂ­ que los restos de esta interesante finca agrĂ­cola siguen languideciendo cinco años despuĂ©s.

Probablemente La Solana nunca serå restaurada, ni puesta en valor, pero esperamos que al menos su catålogo como finca histórica permita que una parte de su memoria acabe trascendiendo. Así podremos conocer las historias personales de sus moradores y cómo conseguían, mediante ingeniería rural,  adaptarse a la tan exigente vida en el campo.

Desde este humilde blog queremos contribuir a la consolidación de esa memoria oral, que pertenece a nuestros mayores y que, sin nuestro interés, se perderå con ellos. A continuación os dejamos un enlace a la entrevista que mantuvimos con Fernando Huesca sobre cómo era la vida en "La Solana".


Fuente:haciendo el paso
Autor: Emilio Rosillo Parra

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